Lluc quiere ser, en primer lugar, un ámbito de renovación espiritual. A Lluc han subido siempre nuestros antepasados en actitud de arrepentimiento por los pecados (subiendo a pie, rezando el santo rosario, entrando arrodillados o descalzos a besar la Santa Figura, ofreciendo un cirio o una misa, aprovechando para confesarse y comulgar, para comprar unas cintas o una imagen bendecidas. La renovación del Concilio ha insistido en la lectura de la Palabra de Dios, como alimento del cristiano, y en la centralidad de la Eucaristía bien celebrada, que nos ha de llevar a compartir con los necesitados.Os recomiendo que vayáis a ver este santuario porque es precioso y tiene una vegetación muy bonita.
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